jueves, 27 de febrero de 2014

Bayern München, la Máquina

Si bajo la conducción de Jupp Heynckes ganó todo, la llegada de Pep Guardiola al campeón de Europa redobla la apuesta hacia un fútbol ofensivo y espectacular.

Artículo publicado en ESPN Magazine, en septiembre de 2013

En 2010, Bayern Munich vio cómo se le escapaba la Champions League ante el Inter comandado por Mourinho, con dos goles de Diego Milito en la final madrileña. Dos años después tuvo revancha, pero todo se volvió más dramático: en la propia Múnich sufrió ante el mezquino planteo del Chelsea, que le empató 1-1 sobre la hora y lo doblegó en la definición por penales. El gesto desconsolado de Arjen Robben resumía la desazón de un equipo que sabía que tenía todo para alcanzar la gloria, pero volvía a quedarse con las manos vacías.

Para arrancar la temporada pasada, el técnico Jupp Heynckes aceitó la máquina perfecta con el reto de levantar todos los trofeos que tuviera por delante. Y, desde el perfil bajo que siempre cultivó, los ganó todos: Bayern se llevó la Bundesliga con 25 puntos de ventaja sobre el Borussia Dortmund, levantó la Copa Alemana y la Champions League luego de aplastar al Barcelona en semifinales (con un global de 7-0) y superar de nuevo al brillante Borussia de Jürgen Klopp, uno de los entrenadores con más futuro en el mundo.

Pero la máquina bávara conducida por Heynckes tenía fecha programada de cambio de mando. El alemán ya sabía que, cualquiera fueran los resultados, el 30 de junio se despediría del equipo. Por eso, los cerebros del Bayern –Hoeness y Rummenigge, ambos exestrellas con su camiseta– jugaron la apuesta más alta que podía hacer y buscaron a Pep Guardiola como garantía de excelencia. El catalán no solo hereda al mejor equipo de Europa, sino que además suma refuerzos de lujo. Este marcado rumbo del fútbol alemán hacia el juego ofensivo y espectacular tiene el marco de los éxitos del Borussia y el plausible trabajo de Joachim Löw al frente de la selección. Si el estereotipo del fútbol alemán remite a los robustos Panzers, la idea queda incompleta: a su histórica potencia física los germanos le suman el talento que siempre tuvieron, salvo que ahora el toque y la pelota pasan a un primer plano. ¿Quién mejor que Guardiola para remarcar este camino en el Allianz Arena?

Tendrá dos retos a superar: el primero es la exigencia de resultados inmediatos, nada que no haya conocido en el Barcelona. Pero el segundo es más complejo: deberá insertarse en un plantel que, a diferencia del culé, tiene nombres conflictivos para la convivencia, como Ribéry o Robben, dos talentos tremendos pero que suelen privilegiar lo personal al empuje colectivo. Para eso, deberá fortalecer el liderazgo de los símbolos del club, como el capitán Lahm y los surgidos de las inferiores: Schweinsteiger, Müller, Kross y Badstuber, entre otros. Ellos tendrán que formar el eje de identidad que en su Barcelona conformaron Puyol-Xavi-Iniesta-Messi-Piqué.

LOS ENGRANAJES
Guardiola toma a la máquina en funcionamiento, sabiendo que tiene todos los componentes que necesita para plasmar su idea de manejar la pelota, presionar en campo contrario y llegar al área con multiplicidad de variantes.

Respecto a la campaña anterior, Bayer perdió a Mario Gómez (partió a Fiorentina), pero incorporó al Mario Götze, el diamante de la Bundesliga, y a Thiago Alcántara, del gusto personal de Pep. Y ya se avisoran los primeros cambios: queda atrás el doble 5 que animaban Schweinsteiger y Javi Martínez. El alemán avanzaría en el terreno y el español que llegó el año pasado del Athletic Bilbao por 40 millones de euros, se metería en la zaga, teniendo que alternar con Holger Badstuber.

La final de la Audi Cup, ganada al Manchester City 2-1, dio pistas firmes del modelo Bayern 2013/14. Aunque la movilidad que logra en toda la cancha desdibuja los números “tácticos”, el equipo de Guardiola dejaría el 4-3-3 para ensayar un dinámico 4-1-4-1. Se espera la recuperación de Götze; quedan afuera Boateng y Mandzukic, cuyo lugar tras la partida de Gómez será tomado arriba por Thomas Müller, interpretando un “falso 9”.

El once inicial será: Neuer – Lahm, Javi Martínez, Dante, Alaba – Thiago – Robben, Kroos, Schweinsteiger, Ribéry – Müller.
La columna vertebral es puramente germana: Neuer, cada vez más sólido en el arco; Lahm, el pequeño lateral incansable; Schweinsteiger, el poderoso tractor del medio; y Müller, que a su conducción la complementa con una cuota goleadora que no baja. Y todo a la espera de Götze. Repasando el plantel, la firmeza del proyecto, la experiencia línea por línea, la calidad nombre por nombre y los refuerzos inteligentes del verano europeo, parece casi una quimera que puedan pelearle de igual a igual en el torneo alemán. 

La Bundesliga es una obligación para este Bayern de Guardiola. Tendrá en diciembre una parada en Marruecos, para buscar el Mundial de Clubes, pero el GPS está puesto en Lisboa. Esta máquina no puede aspirar a menos que a retener la Champions League.

Campeón de todo. El diciembre de 2013 le sumó el Mundial de Clubes.

HISTORIA DE PODER
Bayern Munich es el equipo más exitoso del fútbol alemán, el máximo ganador de cada competencia local y el mayor exponente de su país a nivel internacional. Y es el último en ganar tres copas europeas seguidas, convirtiéndose así en uno de los grandes de Europa.

TORNEOS NACIONALES
Campeonato alemán (23): 1932. Bundesliga: 1969, 1972, 1973, 1974, 1980, 1981, 1985, 1986, 1987, 1989, 1990, 1994, 1997, 1999, 2000, 2001, 2003, 2005, 2006, 2008, 2010 y 2013. Es el club que más títulos posee de esta competición.

Copa de Alemania (DBF Pokal) (16): 1957, 1966, 1967, 1969, 1971, 1982, 1984, 1986, 1998, 2000, 2003, 2005, 2006, 2008, 2010 y 2013.

Copa de la Liga (6): 1997, 1998, 1999, 2000, 2004 y 2007.

Supercopa de Alemania (5): 1982 (no oficial), 1987, 1990, 2010 y 2012.

TORNEOS INTERNACIONALES
Copa Intercontinental (2): 1976 y 2001.
Copa de Campeones de Europa / Champions League (5): 1974, 1975, 1976, 2001 y 2013.
Recopa de Europa (1): 1967.
Copa de la UEFA (1): 1996.

martes, 25 de febrero de 2014

Las fórmulas del fútbol argentino

Más allá de las tácticas y de los estilos de juego, hay un denominador común entre los clubes triunfadores: sus dirigentes sostienen procesos a largo plazo.

Por PABLO ARO GERALDES
Nota de tapa de ESPN Magazine, febrero de 2014.

Cuando los dirigentes anuncian el inicio de “un proyecto a largo plazo” hay que saber escuchar, porque cuando lo urgente supera a lo importante, los plazos se acortan tremendamente. “Los resultados mandan” es esa máxima que sobrepasa el respeto a los contratos. Pero la continuidad de los procesos es el mejor camino al éxito. Como mejor ejemplo están los cinco años que Ricardo Gareca estuvo al mando de Vélez Sarsfield, período en el que el club obtuvo los torneos Clausura 2009, 2011 y el Torneo Inicial 2012.
La decisión de Gareca de no renovar su contrato deja a Gustavo Alfaro como el entrenador que lleva más tiempo trabajando en un mismo club de Primera A, aunque tampoco lo pasa ningún DT de la B Nacional. Llegó en 2006, pero tuvo un paréntesis en Rosario Central (2008/09). En este segundo período, iniciado a mitad de 2010, Alfaro guió al club de Sarandí a las conquistas del Clausura 2012, la Supercopa 2012 y la Copa Argentina 2013.
Ricardo Zielinski, DT de Belgrano.
Ricardo Zielinski debutó en Belgrano en 2011 en un equipo que en la fecha 13 había estado último en la B Nacional. Él lo tomó en la mitad de debajo de la tabla y lo alzó hasta la histórica Promoción que significó el descenso de River Plate. En el Apertura 2011 escoltó a Boca Juniors, el campeón, y en el Inicial 2012 quedó a cinco puntos de Vélez. El año pasado llegó a la Copa Sudamericana.
El contrato del Ruso termina con este primer semestre y en este “mundo del revés” que es el fútbol argentino será uno de los casos aislados de un técnico que completa su período.
El respeto a los contratos da frutos. Así lo testimonia Newell’s Old Boys con Gerardo Martino: en sus tres torneos salió 4.º, 2.º y campeón, además de llegar a las semifinales de la Copa Libertadores. Tras su partida al Barcelona, el club apostó a la continuidad del plan con Alfredo Berti. También Lanús, que se jugó por el proyecto de Gustavo Barros Schelotto, alejado del perfil polémico que cultivó como jugador, con un fútbol de protagonismo y matiz ofensivo. Y San Lorenzo, que supo resistir los embates contra Juan Antonio Pizzi cuando los resultados no acompañaron: terminó llevando al equipo a su noveno título del profesionalismo.
Un repaso a las fórmulas exitosas (y no tanto) que experimenta semana tras semana, temporada tras temporada, el alicaído fútbol argentino.

NUEVAS IDEAS VIEJAS
Hay algo peor que no respetar los “proyectos a largo plazo”: no tener ningún proyecto. Así, Independiente fue pasando de manos, de Garnero a Mohamed, de Ramón a Cristian Díaz, de Gallego a Brindisi… El resultado fue el peor de su historia y hoy juega en la B Nacional.
La falta de ideas no es solo patrimonio de los clubes más modestos. Cuando los resultados no acompañan, los dirigentes buscan en los logros del pasado las fórmulas mágicas para levantar campañas paupérrimas. Y, generalmente, las segundas (o terceras) partes no son buenas. Gallego era el salvador de Independiente, pensando que la gloria de antaño pesaría más que un plantel deficiente. Algo similar hicieron Boca y River recurriendo a Carlos Bianchi y Ramón Díaz, y eso mismo intenta Racing con Reinaldo Merlo, después de evidenciar su falta de rumbo, contratando a Simeone, Basile, Zubeldía e Ischia, sucesivamente.
Reinaldo Merlo y Ramón Díaz.
Aunque la fórmula de la continuidad resulta ser la que sube al podio, la falta de ideas dirigenciales sigue recurriendo al despido de los entrenadores como fusible para evitar un recalentamiento inevitable.
Basta mirar hace exactamente un año, nada más: 14 de los 20 entrenadores que empezaron el 2013 hoy no están en su cargo: Zubeldía (Racing), Gallego (Independiente), Pizzi (San Lorenzo), Gareca (Vélez), Cagna (Estudiantes), Gorosito (Tigre), Romero (All Boys), Schurrer (Argentinos), Palermo (Godoy Cruz), Sava (Unión), De Felippe (Quilmes), Perrone (SMSJ), Martino (Newell’s) y Sensini (Colón). La receta del éxito a cualquier precio suele conducir al fracaso. Solamente se mantienen en su puesto Alfaro (Arsenal), Bianchi (Boca), Burruchaga (Rafaela), Zielinski (Belgrano), Barros Schelotto (Lanús) y Díaz (River).

SE VENDE
En el fútbol argentino no existe la etiqueta de “intransferible”. En cada equipo, los once jugadores que salen a la cancha están en venta, listos para recibir ofertas. Si el número es tentador para el jugador, hará lo posible por desvincularse del club. Si la cifra le cierra a los dirigentes, no importará entonces la opinión del entrenador.
Ya no solamente se rompen los contratos por un llamado del Milan, el Barcelona o el Manchester United: ante la devaluación del peso argentino, una “buena oferta” puede ser un pase a los Emiratos Árabes Unidos, el fútbol centroamericano o una segunda división europea.
Así, el fútbol argentino va virando hacia un modelo de juveniles y veteranos, donde la “generación intermedia” juega por todos los rincones del planeta. Así, hay que conformarse con ver a los talentos emergentes como Lamela, Dybala, Centurión o Iturbe por televisión. Y en el otro extremo, el retorno “a los colores amados” de aquellos que pasaron largamente los treinta deberá interpretarse como una falta de ofertas para seguir en el exterior.
Por eso, la fórmula de la continuidad que funciona con los técnicos, también se aplica a los futbolistas. Pero las deudas aprietan a los clubes y desprenderse de sus figuras es la salida más rápida.

LOS PASIVOS
“Hay que reforzar el plantel” es la consigna del entrenador recién llegado, que hará gastar dinero a cuenta a una dirigencia que no lo respaldará cuando los resultados le den la espalda. Así llegan jugadores que quedarán a un lado con el técnico siguiente y representarán una carga económica para el club; la historia ya es conocida. Cuando es difícil obtener ingresos, una buena medida es restringir los egresos. No comprar, apuntalar las inferiores, algo que tan bien hacen clubes como Vélez, Lanús o Newell’s.
Julio Grondona, presidente de la AFA.
Es que las deudas de los clubes argentinos son alarmantes, pese a que desde agosto de 2009 reciben el dinero estatal del Fútbol para Todos (el gobierno se comprometió a subir de 825 a 975 millones de pesos la cifra que le paga a la AFA anualmente por los derechos televisivos). Cuando el dinero se malgasta, no hay presupuesto que sirva. Antes de finalizar el 2013, la AFA anunció que no habrá más dinero y que los clubes que tuvieran atrasos en los pagos no podrían sumar incorporaciones para arrancar el Torneo Final. Ese enojo de Julio Grondona, presidente de la institución, se elevó cuando Colón no se presentó a jugar ante Atlético de Rafaela por una deuda. Todo estuvo mal manejado desde el club, al que se le sumó una desafortunada participación de Futbolistas Argentinos Agremiados. ¿Sanciones? Eh…
Pero en el rubro deudas, ninguno alcanza a River, cuyo pasivo ronda los 400 millones de pesos. “Conmigo se acaba la joda”, había prometido Daniel Passarella al asumir la presidencia en diciembre de 2010. Aunque durante su mandato se vendió a Buonanotte, Lamela y Ocampos, la deuda creció y la administración a cargo de Rodolfo D’Onofrio deberá enderezar un déficit operativo que supera los $ 8 millones mensuales.
Boca no se queda atrás: tiene un pasivo de 176 millones de pesos, según el balance 2012/13. Aunque, habría que mirar con recelo esos balances. En River, por ejemplo, el último de la era José María Aguilar, se contabilizaba como activo la clasificación de River para la final de la Copa Libertadores, aun antes de debutar en el torneo. Passarella recurrió a un artilugio semejante y contó con 34 millones de pesos de la venta de Gabriel Funes Mori, aunque no se vendió. Si queda libre, esos 34 millones se habrán escurrido por la rejilla del patio.

Los grandes ganaron solamente dos de los últimos diez torneos (Boca, el Apertura 2012; San Lorenzo, el Inicial 2013), mientras que los otros ocho se los repartieron Vélez (3), Banfield, Argentinos Juniors, Estudiantes de La Plata, Arsenal y Newell’s.
River e Independiente descendieron, Racing y San Lorenzo pasaron por la Promoción (2008 y 2012, respectivamente)… La grandeza quedó en las vitrinas, pero no se traducen en los saldos bancarios.
En Independiente, el presidente Javier Cantero confesó que necesita “buscar plata por donde se pueda” para empezar a saldar las deudas impagas. Si alguno quiere creer en las “malas administraciones” es, al menos, ingenuo. Basta recordar el escándalo de las triangulaciones denunciado por la AFIP en 2012; transferencias de jugadores a Europa que pasaban (en los papeles) por modestos clubes, principalmente de Uruguay, para evadir impuestos. Toda una “ingeniería delictiva” que compromete a jugadores, dirigentes y representantes.
Apostando al ataque o firmando el cero en el arco propio. Con tres en el fondo, con doble 5, con un solo delantero… Las distintas tácticas del fútbol argentino demostraron que pueden llegar al triunfo. Sin embargo, el denominador común en la mayoría de los procesos exitosos es la continuidad. Una fórmula que no es ningún secreto, pero que tan difícil resulta conseguir.


VIOLENCIA, LA OTRA DEUDA
Desde el asesinato de Enrique Battcock, el 21 de octubre de 1922 en cancha de Tiro Federal de Rosario, el fútbol argentino contabiliza 281 muertes. Es una cifra escalofriante que, lejos de detenerse, se acelera.
Los costosos sistemas de cámaras de monitoreo instalados en los noventa sirven para ver hasta los rasgos más detallados de los violentos, pero difícilmente esas imágenes terminen en detenciones. ¿La solución? Basta de visitantes. Pero los operativos policiales siguen siendo de cientos de efectivos, pagados por los clubes, que ahora le reclaman a la AFA que colabore con parte del dinero para la seguridad. Claro que los clubes también tienen manchas cada vez más difíciles de esconder: desde “barras” que son empleados de la institución, reparto de entradas gratis a los violentos y hasta la vergüenza de crear sectores para “hinchas neutrales”, y así burlar la disposición que prohíbe el ingreso de visitantes. Otros, más inescrupulosos, para no perderse los ingresos que genera recibir a uno de los equipos “grandes” optaron por ofrecer hacerse “socio por un día”, permitiendo que por un costo muy superior a una entrada los visitantes ingresen con carnet local.

sábado, 22 de febrero de 2014

El fútbol de los arameos

Los arameos (también llamados cristianos siríacos o Suryoye) son un grupo étnico que se desarrolló en la Medialuna Fértil, en la mesopotamia asiática, un territorio que actualmente ocupan varios países, como Irak, Siria y Turquía. A su vez, hay una subdivisión étnica entre un grupo del Este ("Iglesia Asiria del Este" y "asirios cristianos caldeos") y otro occidental ("Siria Jacobitas ").
Muchos han emigrado a la región del Cáucaso, Norteamérica y Europa durante el siglo XX. La diáspora y las comunidades de refugiados se basan en Europa (en especial Suecia, Gran Bretaña, Dinamarca, Alemania y Francia), América del Norte, América Latina (Argentina, Brasil, México, Chile), Australia, Nueva Zelanda, Líbano, Armenia, Georgia, el sur de Rusia y Jordania. En total, los asirios suman unos 5 millones de personas. Esta emigración fue provocada por el genocidio asirio a raíz de la Primera Guerra Mundial durante la desintegración del Imperio otomano, la masacre Simele en Irak (1933), la revolución islámica en Irán (1979) y la Campaña de Anfal de Saddam Hussein. Durante la guerra de Irak: el millón de los iraquíes que huyeron, casi el 40% son asirios.

Como todos los pueblos del mundo, los arameos aman al fútbol y desde la diáspora crearon la Aramean Syriac Football Association (ASFA), cuya selección hizo su debut internacional en 2008, cuando fue subcampeón de la Viva World Cup. En aquella ocasión la totalidad del plantel se conformó con jugadores que militaban en distintos clubes de Suecia.

Como nación sin estado, los arameos no tienen un campeonato propio.
La selección está prohibida en Siria. Su entrenador es Jakob Alan, aunque desde aquella participación de 2008, no ha vuelto a jugar.
Como se decía, todos sus futbolistas actúan en Suecia, especialmente en el Syrianska FC de la Allsvenskan, la máxima división de ese país.
Su segunda participación internacional será en la ConIFA World Football Cup 2014, que se disputará entre el 1 y el 8 de junio en Östersund, en la Laponia sueca.

domingo, 16 de febrero de 2014

Perro cagando en medio del partido

Un hecho desopilante ocurrió en el estadio de Rosario Central, en la segunda fecha del Torneo Final 2014 del fútbol argentino. El partido contra River Plate estuvo suspendido por el ingreso de un perro que no solamente distrajo a toda la seguridad sino que también hizo sus necesidades en el área local.
Una "metáfora" del pobre presente del campeonato nacional...

domingo, 2 de febrero de 2014

La despedida de Xavi a Luis Aragonés

Xavi Hernández escribió una emotiva carta de despedida a Luis Aragonés, publicada por el diario El País:

“Usted no es japonés, usted me entiende lo que le digo”, me dijo una noche. Le estoy viendo, en la habitación de un hotel y sé que le echaré de menos. Mucho. Porque yo a Luis Aragonés le quería mucho. Y con Luis hablé mucho.

Sabía que no estaba fino, pero nunca pensé que tenía algo tan grave, que se iba a ir tan pronto, tan rápido, de esta manera. “Estoy bien, estoy bien”, me decía cuando le preguntaba. Hablaba de vez en cuando con él, porque para mí siempre, desde el día que le conocí, fue un referente absoluto. Supongo que es el entrenador con el que más horas he pasado hablando de fútbol. Subía a la habitación y hablábamos horas, a veces del estilo “esa es la clave, Xavi, saber a qué queremos jugar”, siempre de la importancia de juntar a los buenos en el campo y también de lo importante que era no tener miedo a nadie, a ningún equipo, por mucho que corran más. “Usted y yo sabemos que la pelota corre más que ellos. Y que la tocamos mejor que ellos”, me dijo. De Luis tengo los mejores recuerdos de una charla, de un encuentro por los pasillos, de una aparición en el comedor, porque siempre te dejaba algo. Y siempre tenía razón, siempre.

Luis iba de cara; te miraba en el entrenamiento, se acercaba y te decía: “Usted está haciendo el jeta, ha venido a entrenarse y no le veo. ¡A mí no me gustan los jetas!”. Y se iba. Luis nunca engañaba, iba de cara. “Tú no juegas porque has dado pena esta semana”, “¿Estás cansado o qué?”, “Hoy has estado fantástico, esta semana lo vas a bordar”. “¿Se cree que yo me chupo el dedo, que soy gilipollas?”. Así era Luis, cercano, de verdad.

El otro día recordé una anécdota de la primera vez que me convocó para la selección. No me había llamado a la primera convocatoria y en septiembre, nada más llegar, me estaba esperando. “¿Qué pensaba usted? ¿Que el hijo de puta del viejo no lo iba a traer, eh?”. Y yo, acojonado, le dije: “No, no, en ningún momento he pensado algo así, míster”. Y él, puro Luis, me dijo: “Sí, sí, sí, a mí me va a engañar. Venga, para arriba y ya hablaremos”. Y hablamos ese día y mil horas. Luis es fundamental en mi carrera y en la historia de La Roja. Sin él, nada hubiera sido lo mismo, imposible. Con él empezó todo, porque nos juntó a los pequeños, Iniesta, Cazorla, Cesc, Silva, Villa... Con Luis hicimos la revolución, cambiamos la furia por el balón y le demostramos al mundo que se puede ganar jugando bien. Si no ganamos la Eurocopa no hubiéramos ganado el Mundial, claro que en ese sentido, fue fundamental la llegada de Del Bosque, otro fenómeno. A Luis le dieron mucha caña pero fue él quien marcó el camino, quien le dio a España el estilo que tiene hoy. En eso, siempre coincidimos. Fue Luis quien vio lo que había y apostó por bajitos. “Voy a poner a los buenos, porque son tan buenos que vamos a ganar la Eurocopa”. Y la ganamos. Fue inteligente y muy valiente.

En lo personal, Luis me hizo sentir importante cuando mi autoestima era un desastre. Me dio el mando de la selección cuando no lo tenía ni en el Barça. “Aquí manda usted”, me dijo, “y que me critiquen a mí”. Decidí devolverle la confianza en el campo. Si fui elegido el mejor jugador de la Eurocopa fue por él, aunque él siempre me lo negaba. Conmigo tuvo detalles inolvidables. A Alemania no llegué bien, pero me esperó. Venía a verme a Barcelona, preocupado por mi rodilla. Vino Paredes [preparador físico] a subir a La Mola mientras me recuperaba... Luis me llamaba cada dos por tres. “Apriete Xavi, no se duerma que le espero”.

La palabra fútbol en el diccionario tendría que llevar al lado la foto de Luis. Luis es el fútbol hecho hombre, el fútbol hecho persona.

Hasta siempre, mister. Y gracias por todo. Y que lo sepa: usted y yo nunca fuimos japoneses.